13 de Marzo de 2019
Cuando cooperamos en lugar de competir suceden cosas como esta anécdota que hoy te cuento
Anécdotas con magia: cooperación vs competición
Hoy voy a contarte cómo me ayudó la generosidad de una mujer a la que ni siquiera conocía. A veces suceden anécdotas con magia que me gusta publicar.
Conocí a Cristina Romero Miralles allá por el año 2011 0 2012, ya no recuerdo la fecha exacta. Estaba escribiendo Conexiones de amor, cuando me encontré con el suyo, "Pintará los soles de su camino". Al ver que era una obra dedicada al alma infantil, me atrajo tanto que comencé a leerlo.
Me maravilló. Su libro era especial. No tenía nada que ver son los libros sobre infancia que había encontrado hasta el momento. Hablaba de algo realmente importante pero no visible: del alma infantil, de cuidarla, de ayudar a los niños a ser quienes vinieron a ser y de dejarles desplegar sus alas. Me conmovió saber que alguien se había preocupado por publicar algo más que un libro dedicado al cuidado, la higiene, la educación... Porque todo eso es importante, pero el alma también. Todos tenemos una aunque la ignoremos y vivamos de espaldas a ella. Y los niños son quienes más cerca están del mundo que no vemos, porque todavía hace poco tiempo que vinieron de allí.
Por su cautivadora forma de escribir, me pareció una mujer muy cercana y decidí escribirle para preguntarle si conocía la manera en que podía publicar mi libro. Por aquel entonces andaba muy perdida y el mundo de la publicación editorial (desde el punto de vista de autora) era algo nuevo para mí. Como Técnico Superior en Diseño y Producción Editorial, tenía los conocimientos para maquetar, diseñar, ilustrar y dejar el libro bien "quapo y maquillado": listo para la impresión. Pero hasta ahí.
Imaginé que mi email caería en saco roto. ¿Por qué aquella autora se iba a molestar en responder a una escritora novata? Al contrario de lo que esperaba, en muy poco tiempo recibí su respuesta y volví a escribirle agradecida. Creía que como otras personas a las que en algún momento pedí ayuda sin conocerlas, me ignoraría. Pero no solo respondió, sino que fue muy amable (te confieso que no soporto tener que sorprenderme por algo que debería ser la norma y no la excepción).
Cristina no lo sabía, pero su libro me había conmovido tanto que, deicidí mencionarlo en las páginas interiores del mío y en la bibliografía. Me parecía muy interesante darlo a conocer a otras personas.
Años después y con mi libro ya publicado, recibí un correo de Cristina en el que me contaba que había visto por la red mi libro y le gustaría hacer un reportaje para la revista "El mundo de tu bebé". Ella era la directora. Yo, supuse que ni se acordaría ya de aquel primer email que le envié. Todavía tengo en mi casa la revista que me envió con un precioso reportaje de varias páginas: el primero en papel que se hizo de mi libro.
Cuando me leyó, me dijo que además de gustarle mucho mi historia, se quedó asombrada de haber encontrado en ella una mención a su libro. Me contó también que le hubiera gustado publicar algunas frases más con las que se sentía muy identificada, pero por exigencias del guión, fueron otras las elegidas. Nuestra manera de ver la infancia conectaba.
Ya en 2019, quise pasar mi libro a Amazon, puesto que la otra plataforma donde se vendía solo me estaba dando problemas y no tenía ni por asomo, el mismo alcance. Cuando lo tenía todo listo, pensé que quizá sería bonito poder contar en la contraportada (bajo la sinopsis), con una o dos opiniones de alguien que lo hubiera leído. Siempre me dio pena que mi libro, como otros, no contase con un prólogo escrito por alguien relacionado con la escritura y el mundo de la maternidad... alguien conocido por cierto público, que diera su opinión sobre mi historia. Así que me propuse al menos, contar con unas líneas en la contraportada.
Escribí a Gemma Guillamon (de la web porteonatural.com), conferenciante sobre crianza respetuosa, porque hacía poco tiempo que me había escrito para decirme que me había leído y que mi historia había sido todo un descubrimiento para ella. Incluso hizo una preciosa reseña en su blog. Cuando le dije que una frase de su entrada quedaría perfecta en la contraportada de mi tercera edición de Conexiones de amor, estuvo encantada de regalármela. Tengo que decir que esas líneas me impactaron mucho y son las que ahora lucen en la cubierta de mi libro: "Esto no es un libro, es un viaje a las entrañas de la maternidad, sincero, muy ameno de leer, de una calidez brutal". Desde aquí, vuelvo a decir GRACIAS Gemma porque creo que pocas veces han descrito mi historia de una forma tan certera y con tan pocas palabras.
Me acordé también de Cristina y de que había disfrutado al leer mi historia. Mi sorpresa fue que no solo me dedicó dos líneas como le pedí, sino que recibí media página. Era imposible colocarla en la contraportada: no quedaba tanto espacio. Por un momento, pensé en pedirle que lo resumiera, pero me pareció feo y descarté esa idea. Había tenido el detallazo de explayarse y eso yo lo agradecía mucho. Pensando qué hacer para no tener que resumir ni descartar aquella valiosa aportación, se me ocurrió preguntarle si le importaba que lo pasase al principio del libro como prólogo. ella, como siempre, estuvo encantada de ayudar. Yo andaba tan centrada en todos los detalles de la publicación, que no me di cuenta de lo que aquello representaba.
Y de repente, un día, ¡caí en la cuenta!...
Eso que desde un principio tanto había deseado, acababa de hacerse realidad. La magia existe. Ahora mi libro tiene un precioso prólogo de otra autora, Cristina Romero Miralles, una de las personas que mejor pueden apreciar el mensaje de mi historia: demos importancia al alma infantil, dejemos que se exprese, que conecte con nosotros desde la propia concepción. GRACIAS Cristina por toda tu ayuda a pesar de no habernos conocido en persona. Aún... ;)
En estas últimas imágenes muestro algunos de sus interesantes libros, los últimos, bellamente ilustrados por Francis Marín. También tienes aquí la entrevista a Cristina en mi blog que le hice poco después de recibir su prólogo. Porque alguien con una alma como la suya, no podía faltar en mi sección Conversaciones con...
Si te ha parecido increíble cómo sucedió todo esto, al final de mi libro Conexiones de amor hay unas páginas dedicadas a explicar como a veces un mínimo gesto, provoca grandes acontecimientos futuros. Como digo allí, una simple sonrisa puede cambiar el curso de la historia. Yo estuve a punto de no escribir a Cristina y me hubiera perdido muchas cosas. Y todo, porque pensaba que ignoraría mi email. Quizá al escribir un libro relacionado con la maternidad, como también lo estaba el suyo, no querría saber nada de mí. Pero lo hice y resultó que ella es de esas personas que entienden que es mejor cooperar que competir.
Espero que te haya gustado esta mágica anécdota que hacía tiempo que tenía ganas de compartir contigo.